Hermandad de Ntro. Padre
Jesús Crucificado de la
Epidemia (Santuario de Santa María de la Victoria)
Aunque no se tratase de una Hermandad
pasionista al uso, ya que entre sus cultos externos no se incluía la
celebración de una procesión en Semana Santa, la incluyo por la gran devoción
de la que gozó esta imagen desaparecida.
A
pesar de que fue en 1866 cuando la
Hermandad editó sus Estatutos, el origen de la devoción
al Cristo y de la propia Hermandad es bastante anterior. Así, según Jiménez
Guerrero, se encuentra en la epidemia de fiebre amarilla que afectó a la ciudad
en 1803. La imagen se encontraba ubicada en el Convento de Ntra. Sra. de la Paz, que pertenecía a la Orden Franciscana, radicado
en la Plaza de la Merced desde 1565, y donde
el Crucificado ya tenía cierta devoción. La talla puede
datarse del siglo XVI.
En
los mencionados Estatutos se acordó imprimir un escrito fechado en 1829 por el
que se solicitaba al Gobernador Provisor, Vicario General del Obispado, la
debida licencia para establecer la Congregación de fieles con el nombre de Señor de la Epidemia. Se relata
que " (...) en 26 de noviembre de 1803 producía el espectáculo más
triste (...) una desoladora epidemia arrebató a sus mejores hijos (...) una
portentosa imagen de Jesús Crucificado , que con mucha piedad y por sus
continuados milagros se había venerado en el Convento de Ntra. Sra. de la Paz, fuese conducida entre los
muebles de la Religiosa
difunta sor Josefa Almagro a ser pábulo de las llamas y a perecer eternamente
en el olvido. Sorprendidos los conductores con un aviso precisamente celestial
tomaron al divino Señor colocándolo reverentemente en los muros del Convento de
Ntra. Sra. Abogada y Patrona María Stma. de la Victoria, camino de los
Tejares. Al momento, los fieles movidos de la devoción más tierna, acudieron a
implorar su socorro, el que se manifestó notoriamente, comenzando a advertirse
mejoría en los enfermos, y a no caer los pocos que gozaban de salud."

Durante
la epidemia de fiebre amarilla, como en otras acaecidas en la ciudad, se
realizaron múltiples rogativas, procesionando "oficialmente" al
Santo Cristo de la Salud
y a la imagen de Santa María de la Victoria. Sin embargo, en esta ocasión se produce
una excepción con el Crucificado de la Epidemia ya que es el pueblo llano, desde el
barrio de la Victoria,
quien le implora el cese de la enfermedad.
En
los años siguientes, hasta 1805, hubo un intento por un grupo de personas,
devotos o congregantes de construirle una capilla en la entrada del camino
que iba a Olletas. El intento fue infructuoso demandando incluso los obreros a la Congregación en 1817,
que por aquellos años podía considerarse prácticamente extinguida. Sin
embargo, los cuatro congregantes que quedaban decidieron trasladar la imagen a
San Lázaro.
Años
más tarde, en 1829, y dado el arraigo devocional del que gozaba el
Crucificado, un grupo de personas resolvieron "con la debida aprobación
establecer una Congregación para extender el culto al Señor y a hacer más
conocidas sus misericordias (...) cediendo todo en gloria de Dios nuestro,
culto de la imagen milagrosa del Señor de la Epidemia y utilidad de
nuestras almas."
En
1854, durante la epidemia de cólera, se trasladó a la Iglesia de la Merced. Cuando la
epidemia comenzó a remitir, y una vez que las efigies de los Santos Patronos,
Cristo de la Salud
y Santa María de la Victoria
fueron trasladadas de la
Catedral a sus templos, la imagen del Crucificado de la Epidemia era procesionada
hasta San Lázaro.
Era
el día 27 de diciembre de 1854: La procesión que salió a la caída de la
tarde del miércoles 27 de la parroquia de la Merced para conducir a su
capilla de San Lázaro la efigie del Santísimo Cristo de la Epidemia, fue muy lucida
y tuvo lugar en medio de una gran concurrencia. Con dicha efigie se sacó
también la de Nuestra Señora de la Merced. Además de un numeroso
acompañamiento iba una banda de música y escolta la brillante compañía de Granaderos
del segundo batallón de Milicia Nacional con la escuadra de gastadores. La
procesión recorrió varias calles del barrio disparándose cohetes y haciéndose
por los vecinos otras demostraciones de regocijo (El Avisador
Malagueño 29/12/1854).
A
partir de los años sesenta del siglo XIX la Hermandad vive una época
de florecimiento, contando en 1865 con 214 hermanos. En 1866 se editaron los
Estatutos configurándose como una Hermandad de entierro. Las actividades
durante la Semana Santa
se centraban en el exorno del altar del Señor al que se le daba una profusa
iluminación, interviniendo corporativamente en los actos de la Hermandad del Señor de
los Pasos.
En
1867 se produce el traslado al Santuario de la Victoria, situándose
desde 1884 en el altar que hoy ocupa la imagen de San José.
Hasta
1881 no se tiene constancia de la existencia de una Dolorosa de medio cuerpo a
los pies del Crucificado, con mirada hacia el cielo y manos unidas.
Durante
el siglo XX se tiene pocas noticias, salvo el nombramiento de una nueva Junta
de Gobierno en 1916, siendo elegido Hermano Mayor don José Robles Fuente.
La
efigie no sufrió daño alguno durante los sucesos de 1931, ya que el Santuario
no fue asaltado.
Sin
embargo, en julio de 1936, el Cristo fue sacado del templo y junto con otras
imágenes y enseres, ardió en una pira que se preparó en las aledaños,
destruyendo para siempre esta imagen de fama milagrosa y que contó con tanta
devoción en el barrio de la
Victoria.
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