Hermandad del Santo Entierro de Ntro. Señor
Jesucristo (Iglesia
de San Agustín)
Esta
Hermandad se constituyó con anterioridad a 1649 como filial de la de Ntra. Sra.
de las Angustias del Convento de San Agustín. En los años 1670 a 1672 estuvo
suspendida la procesión por haber fallecido todos o la mayoría de sus hermanos.
En 1683, concretamente el 1 de mayo, se reorganizó agrupándose en ella la mayor
parte de los artistas de Málaga, entre ellos, Luis Francisco Bernalte y Miguel
de Zayas, discípulos de Pedro de Mena. También destacó como hermano de la misma
Miguel García, quien en 1750 tallaría la imagen del Stmo. Cristo de la Humildad. La
vinculación con Ntra Sra de las Angustias seguía después de esta
reorganización; por ejemplo, se decía en las escrituras lo siguiente: "Que
todos los hermanos que en cualquier tiempo fueren de dicha Hermandad se han de
enterrar en la bóveda de la capilla de Nuestra Señora de las Angustias, sita en
dicho convento de Señor San Agustín, que es de dicha Cofradía (...)".
A mediados
del siglo XVIII, esta Hermandad floreciente y rica, decidió renovar la imagen
titular efectuando el encargo al escultor malagueño Fernando Ortiz en 1749; en
el contrato se estipulaba que esta obra, y la de una nueva imagen de Ntra Sra
de las Angustias, debían estar terminadas para la víspera del Viernes de
Dolores de 1750. Como contraprestación el artista recibiría 10.500 reales,
deuda que cancelaron los escribanos y procuradores el 24 de abril de 1754.
Se trató
de una obra de notable calidad artística, destacándose en la historiografía
local como la mejor obra de Fernando Ortiz. El padre Llordén señalaba que "es
sin discusión la de mayor fuste e importancia que realizó el escultor
malagueño"; perduraba en ella, según Romero Torres, "el
concepto barroquizante de comienzo de la centuria dieciochesca, por una parte,
y por otra, la huella de Mena, al igual que en la Virgen de las
Angustias".
Se
procesionaba sobre un magnífico trono barroco, elevándose sobre un pedestal
rodeado de arcángeles que sostienen la urna con el Cuerpo de Cristo muerto.
Durante el siglo XIX no se tiene constancia de que fuera procesionada esta
imagen. En todo caso, como señalaba el padre Llordén: "Esta Hermandad
gozó en todo tiempo de la admiración de propios y extraños (...) y fue siempre
una de las que más llamaban la atención de curiosos y devotos, así por la
majestuosidad del desfile procesional, cuanto por la riqueza artística de sus
pasos".
La imagen se veneraba en la capilla ubicada en el segundo altar de la derecha del templo de San Agustín. En la madrugada del 12 de mayo de 1931 desapareció para siempre esta bella obra de arte de la imaginería malagueña
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